octubre 13, 2011

Aquellos Maravillosos Veranos

Esta noche, mientras hablaba con un viejo amigo, tenía de fondo la radio y tras sonar Estopa, comenzó a sonar esta canción.
La verdad es que Estopa ya había evocado en mí una serie de recuerdos, difusos, como un flashback.
Tras llegar la canción de Smash Mouth se volvieron más nítidos si cabe. Recordé los calurosos veranos de hace bastantes años, cuándo solía ir de campamento. 
Conocía gente nueva, hacías "amigos" con los que te escribías cartas hasta que uno de los dos se olvidaba de responder la última o simplemente, lo dejaba pasar. También tenías amores de verano, de los que dices que nunca olvidarás y cuándo pasa 1 mes desde el campamento y no llega la respuesta a tu carta, te desilusionas y te preguntas (tal que peli americana de adolescentes) "oh dios, por qué? con lo felices que nuestros querubines veraniegos serían!"
Eran tiempos en los que únicamente tenías que preocuparte de llevar todo lo necesario en tu maleta, un móvil del tamaño de un ladrillo en la mochila  con saldo suficiente para llamar a casa en esa estancia y poco más.
No sé si sería la inocencia, si eran tiempos distintos (lo eran, el tema es si mucho o poco) o que simplemente, al echar la vista hacia atrás se ve con una lente distinta.
El verano duraba una eternidad en aquel entonces. Si eras buen estudiante (en mi caso aún era así) podías disfrutar tus hermosos 3 meses entre campamentos, piscinas y si cabe vacaciones familiares .
Así volvías luego, más negro que si vinieras de picar en una mina.
Me gustaban los campamentos. Ya no solamente por explotar la sociabilidad casi al máximo, si no porque podías hacer cantidad de actividades que durante todo el año no podías. Por ejemplo, yo solía apuntarme a campamentos con actividades naúticas: vela, windsurf, esquí acuático... Además siempre tenías gran cantidad de juegos (unos más  estúpidos que otros, cada uno más divertido que el anterior) para hacer por la noche después de cenar... Vamos, que estabas tela de entretenido durante 15 días que permitían a tus padres descansar un poco de ti. Después a tu vuelta a la ciudad, comentabas con tus amigos que también habían ido todos los detalles de tu aventura, generándose así envidias ingenuas del tipo "oh, tenía que haber ido yo a ese también"
Quizás eran buenos tiempos porque no había preocupaciones. 
Lo único que sabemos es lo que fue y lo que es, no lo que será. 
Quizás lo que será, vuelve con esa felicidad, ingenuidad y despreocupación con la que vivías esos veranos, esperando que no acabasen jamás, deseando no volver nuevamente al colegio, con los libros, los madrugones y el frío.
Y tras esta breve inundación de recuerdos de cuando una era jovenzuela, inocente y que lo pasaba genial enganchá a una zodiac en el medio del mar, dando vueltas...me despido con un video de una canción veraniega algo más reciente.
S.

octubre 01, 2011

Reflexiones de Madrugada

Hacía tiempo ya que no daba un paseo por esta, mi cueva particular. Como es natural en la mayoría de los seres humanos (y no tan humanos) la complejidad de la vida y las vueltas que la misma da, hacen que en muchas ocasiones dejemos de lado hobbies e incluso obligaciones.
En este caso una sucesión de acontecimientos me han mantenido alejada, lo que sumado a la desgana y el cansancio, tampoco daban lugar a un poco de inspiración para dejarme caer por aquí para algo más que comprobar si esto sigue en pie.



Lo que me trae esta noche/madrugada (según mi zona horaria, claro está) por aquí, no es otra cosa que el ser humano. Decían en un anuncio, que el ser humano es extraordinario y maravilloso, un ser excepcional. De la nada puede crear vida así como al segundo destruirla sin tan siquiera preguntarse por qué lo ha hecho (nada más lejos de un “por qué ha podido”, claro está). Puede también escoger casi cualquier cosa del mundo que le rodea y manipularla a su antojo sin tan siquiera pararse a pensar en una ínfima consecuencia, incluso cuando esta pudiera afectarle directamente al instante. Así de extraordinarios somos los seres humanos, habitantes de este planeta (y que sepamos, de ninguno mas). En nuestra naturaleza se encuentra el libre albedrio, hasta el punto en el que por ejecutarlo, rompemos el de la persona, animal o cosa que se encuentre dentro del perímetro de actuación.
Suponemos que somos seres “inteligentes” porque somos capaces de desarrollar gran cantidad de cosas: creamos vida, podemos “alargarla” o conservarla en cierto modo, la destruimos, … pero nuestro mayor defecto es pensar que somos únicos, que nadie más es comparable a nuestra manera de hacer las cosas, que solo se nos ocurren a nosotros…ahí es donde entra el mayor de todos los defectos: el egoísmo.



Es una característica que, en el mundo animal, es explicada por la supervivencia de la especie que la ejecuta. Existen animales que solamente matan en defensa propia y para conseguir alimento (desde luego no mencionemos el momento en el que le tocamos las narices a cualquiera porque estaríamos dentro de la primera premisa). Sin embargo, nosotros matamos por que sí. Hay dos personas (más conocidos como dirigentes de 2 países) que deciden que no están de acuerdo en algunas cosas y en lugar de sentarse a discutirlo con ganas y un par de cervezas (o alcohol de su elección), se sientan a desayunar con un montón de cámaras y micrófonos para que todo quede a la vista y finalmente deciden no estar de acuerdo, por lo que en defensa de su propio país, envían al “país” a morir hasta que se aburren y dicen “bueno, ya está, yo me rindo y tu ganas”. Personalmente no conozco animales que hagan eso…aunque bien es cierto que personalmente conozco pocos animales…
Tienen una vida plena nuestros amigos, nacen, crecen, se reproducen y mueren cumpliendo un papel esencial en la naturaleza. Como decían en el Rey León, es el ciclo de la vida y todos contribuyen a él, unos comiéndose a otros, básicamente. 


Pero lejos de este último comentario sobre la alimentación, ¿qué hay de la felicidad de los animales? Es decir, ¿es un caracol feliz caminando día y noche por la fachada de mi casa mientras una araña (bastante fea por cierto) trepa por la ventana?



Desconozco realmente si estos bichejos son felices, sé que cumplen un papel dentro de todo esto, pero la pregunta en si viene por lo siguiente: ¿Cómo es posible que durante toda la vida persigamos nuestros sueños, llegando incluso a realizarlos por completo y aun así nosotros estemos incompletos, tristes y amargados? ¿Por qué un gato puede ser feliz teniendo una casa acogedora donde cubran sus necesidades básicas única y exclusivamente, y sin embargo un ser humano con todo lo que siempre quiso ser/tener realizado nunca estará contento y plenamente feliz?
Este tipo de pensamientos llevan debatiéndose una temporada en mi cabeza y exactamente no se cuál será el desenlace, pero espero que sea bueno, no me gustan las historias inconclusas o las pelis de finales tristes…que para tristezas (como decían en mi pueblo) se ve un telediario.


Y para endulzar un poquito estos pensamientos aquí plasmados, nada mejor que un Frapuccino, experimentado por "Blog Petaqui"(creemos que sigue vivo despues de esto):


Frapuccino Casero by Petaqui 

Sin más me despido, desde tierras más frías y lejanas que la última vez.

S.